its back...

Hola, la verdad es que no habia tenido mucho tiempo para estos escritos personalizados. Los dias se me han pasado entre soportar a la hija de mi jefa (pequeñaburguessa consentida adinerada), escribir ficción, hacer practicas de periodismo para mi blog de WordPress, que no termino de entender y ver como rayos es que funciona Facebook.





Los días han transcurrido de una manera bastante extraña y es que pasa que ultimamente me siento sola (de nuevo) y pienso que talvez no soy tan normal como creia ser por esta necesidad de cariño constante que tengo, porque necesito ser escuchada, consentida, entendida y porque ya no me importa ceñirme a las instrucciones de vida que leí en ese libro feminista que compré porque de todos modos nunca hubiese funcionado. Siempre es lo mismo y no me interesa intentar ciertas cosas una vez mas porque estoy pasando por las secuelas de un viejo divorcio, te quedaste con los amigos.





No he escrito este blog para hablar de lo miserable de mi existencia, no, no, ni para quejarme tampoco. Es solo que estaba pensando que mi cumpleaños se acerca y mientras mis amigos se debaten entre Gameworks (uh, nó), Kantabar (nope), y discoterrazas cibaeñas yo pienso que me gustaría tener una linda fiesta con todos mis amigos pero cuando comienzo a sacar cuenta, resulta que son muy pocos, que la mitad de ese poco no comparten mis intereses y que un cuarto de la otra parte dudo mucho que se presente, lo que me da pié para comenzar a buscar una buena excusa para mantener mi celular apagado nuevamente en ese 11 de marzo que trajo consigo una diminuta estrella de mar hace casi 21 años. Son seis años de no celebrar mi cumpleaños, desde que a los 16 mi madre me arrojó a la cara mi tarjeta de felicitaciones tras yo haberle respondido una pregunta con uno de mis habituales sarcasmos, así que mientras yo lloraba a río tendido decidí que no me iba a preocupar por el asunto, curioso, parecen aun mas.

Me gustaría que las cosas fueran un poco diferentes,

Starfish*