El pasado domingo se lo dedique a la reflexion y a buscar el sentido de la vida mientras lavaba mis sabanas por mero aburrimiento, y casi sin querer termine divagando en internet buscando y leyendo algunos artículos de cómo alcanzar mi leyenda personal, la razón por la que he venido a este mundo en esta época. Unos cuantos tips predecibles de escuchar a tu corazón, bla bla bla y el tipo de cosas que todos sabemos que tenemos que hacer pero que estamos muy ocupados para hacer, menuda gracia que el buscar el significado de la vida a través de la esclavización al sistema capitalista se haga lo mas normal, es que ya nadie se detiene a oler las rosas cuando se trabaja de 8 a 5 y se tienen clases de 5 a 10, o un esposo o hijos o estos últimos dos agravantes juntos. Nadie tiene tiempo para sentarse y pensar que es lo que en realidad le gusta hacer en esta vida… wao, nadie parece una gran persona para ir a visitar y tomarnos un café en su compañía.
Pero divago. Mientras buscaba el libro aquel de mi adolescencia El Alquimista, donde sin duda alguna encontraría respuesta de cómo entender mi leyenda personal, tropeze con el libro Brida, y hubo algo extraño que me halo hacia ese libro en especifico. Yo que no estaba interesada en hechicería y que mucho menos me interesaba hacer conjuros o aprender del Sol y la Luna, me encontré inmersa en la lectura de este manual de brujería moderna. Solo para encontrar con la respuesta que estaba buscando, todos venimos a este mundo con un don, y es nuestra responsabilidad descubrirlo para hacer nuestro designio en esta vida, esta contenido en la biblia que son nueve los dones que existen. En ese preciso momento tuve una pequeña epifania, y las cosas se me hicieron claras y al mismo tiempo tan confusas, era demasiada información como para poder procesarla en tres segundos que era precisamente el tiempo que me había tardado para darme cuenta que desde pequeña he traido mi destino escrito, destino del que hasta el momento me habia alejado una y otra vez para hacer a los demás felices, o al menos conformes, pero ya no. Porque al momento de caer en cuenta de este razonamiento se fue la energía eléctrica, en mi casa casi NUNCA se va la energía eléctrica y menos de noche, se fue, y me vi sola en la habitación y tuve miedo, me dirigi hacia la puerta y coloque la mano en el espacio donde debería de estar la perilla, había desaparecido, casi presa del pánico volvi sobre mis pasos para finalmente lograr abrir la puerta, la perilla estuvo allí todo el tiempo. Luego al balcón donde desafiando todos los pronósticos atmosféricos, no hacia el mero asomo de lluvia y solo se encontraba la luna, luna llena.
Me detuve a mirarla un rato. Pensando en todo lo que había pasado segundos antes, casi me pierdo admirando la danza perfecta que esa dama redonda realizaba con las pocas nubes que se atrevían a rozarla, si porque esta noche, por raro que parezca, las nubes no tapaban la luna al pasar, sino que la luna las atravesaba, o las nubes se dividían. Y me di el lujo de cuestionarme por dos segundos pero desisti avergonzada. El ser humano se la pasa pidiéndole señales al universo, y cuando este finalmente se revela en su lenguaje intangible, nosotros no hacemos menos que huir despavoridos. Pense nuevamente en mi don mientras estaba en el balcón y una brisa rápida me golpeo el rostro, después todo fue tranquilidad. Las cosas estaban claras.
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